jueves, 9 de abril de 2015

UNA MAESTRA QUE ESCUCHA DESDE EL CORAZÓN

El otro día me escribió una profesora emocionada porque quería explicarnos a los 4 vientos lo que le había sucedido el curso pasado, en la clase donde ella era tutora.

Siento tanto orgullo con esta historia, seguro que me entenderéis al finalizar su lectura. Antes de empezar a asesorar a familias de múltiples me explicaban que los mellizos niño-niña podían ir separados, porque no les afectaba en su desarrollo, al ser de diferente sexo.

Durante estos dos años asesorando, me he dado cuenta que en muchos casos al separarlos de clase, la niña o el niño no hablaban, al salir al patio se quedaba uno de ellos en un rincón sin jugar, tenían más periodos de agresividad y algunos síntomas más.

Y después de esto, aquí comienza esta historia de una maestra que escucha desde el corazón. Estoy segura que os encantará y deseo que se repita en muchos centros escolares.

Hola Meritxell,

El curso pasado y el anterior fui tutora de tercero y cuarto de Primaria de un grupo donde había una niña que es melliza. Su hermano mellizo iba a la otra clase.

Es una pareja de mellizos, que la niña tiene más rol de niño que de niña. De hecho, en el patio, en las actividades extraescolares, en las fiestas de cumpleaños, juega la mayoría de veces con los amigos de su hermano y no con las niñas.

Durante todas las sesiones de evaluación la tutora del niño decía que era un niño que necesitaba refuerzo, siempre estaba apagado, requería mucha ayuda, incluso, leía muy despacio.

Cansada de oírle decir esto y viendo, yo, que en el patio siempre estaban juntos los dos hermanos, fui a pedirle a la tutora del niño sino creía que sería beneficioso para él ir a la misma clase con su hermana, porque tal vez se sentiría más reforzado.

Me comentó que no, que de ninguna manera ya que esto haría que el niño se apoyara sobre su hermana y haría menos trabajo, tanto en la escuela como en casa. Yo le conté todos mis argumentos y sobretodo que pensaba que el niño emocionalmente se sentiría más seguro y la niña más a gusto, ya que su hermano y sus amigos estaban en el otro grupo.

Quedaba poco para terminar el curso e hice una clase de refuerzo a algunos niños de la otra aula y uno de ellos era el niño mellizo. Me acerqué a él y mantuvimos esta conversación;

MAESTRA; ¿Qué tal va el curso?
NIÑO; Bueno.
MAESTRA; ¿Cómo te sientes?
NIÑO; Así, así.
MAESTRA; ¿Te gustaría ir a clase con tu hermana?
NIÑO; ¡Hombreeeee clarroooo, pero al ser hermanos NO PODEMOS IR JUNTOS!
MAESTRA; ¿Ah no? ¿Y eso?
NIÑO; Es que mi papá no iba con su hermana en clase.
MAESTRA; ¿Tu papá también es gemelo?
NIÑO; No, mi padre no es gemelo.

Entonces le expliqué que su papá no iba con su hermana por diferencia de edad, pero que él si podía ir con su hermana a la misma clase, porque tenían la misma edad y realizaban el mismo curso.

Cuando el niño escuchó aquello se quedó anonadado. A la hermana, un día también le pregunté si le gustaría ir con su hermano a la misma clase y me dijo que le encantaría.

Llegó el día de la última sesión de evaluación y cuando la tutora del niño hablo de él, yo volví a repetir que pensaba que ir con su hermana le sería positivo. Pero ella que no y que no. Y el equipo directivo me dijo que había que respetar a la tutora del niño, que era quien más lo conocía.

El día de la entrega de notas, la sorpresa fue cuando vino el padre con sus hijos a mi aula y el padre tras escuchar la explicación de las notas de la niña, me dice; Joana María, cuando veníamos para aquí, mi hijo me ha dicho dentro del coche, que el año que viene quiere ir con su hermana a la misma clase. Que un día habló contigo y que le dijiste que era posible y yo no sé qué hacer, porque hace 3 años una logopeda nos recomendó que fuesen separados porque el niño no hablaba mucho y si le separábamos de su hermana, hablaría mucho mejor. Pero sigue teniendo problemas con la lectura y el habla.

Yo, le conté lo que había visto y oído sobre el niño, sobre la niña, sobre lo que había hablado con el niño, sobre las sesiones de evaluación, sobre tu recogida de firmas, sobre el libro de Coks Feenstra, vamos, sobre todo lo que sabía. Y le dije si le había preguntado alguna vez a sus hijos, que deseaban ellos.

Me dijo que nunca se lo había comentado a sus hijos y cuál fue mi sorpresa que delante de mí, se lo preguntó y los niños sin pensárselo dijeron que querían ir juntos.
Yo les expliqué que ya eran grandes y que lo tenían que valorar todo en casa, por separado, juntos y con sus padres.

Después de hablar conmigo, fueron a la otra aula a buscar las notas del niño. Y el padre le pidió la opinión a la otra tutora. Aquí no hace falta que te explique cual fue su respuesta.

Más tarde, la tutora me explicó que les había dicho y que, según ella, estaba convencida que el padre era muy consciente de que lo mejor para sus hijos era que fuesen separados.

A mí, me entristeció un poco pero pensé que si él lo quería así, sería por el bien de sus hijos.

Una semana después, para el mes de Julio, fui a la escuela y la directora me dijo; Te he de comunicar que los mellizos niño y niña, irán juntos en 5º de Primaria. El padre ayer me llamó que se lo habían pensado, que han hablado y que saben que les irá mejor juntos.

¡Meritxell, no sabes la alegría que sentí en ese momento!

Y le dije a la directora que estaba segura que era lo mejor para ellos.

Se iniciaron las clases, después de las vacaciones de verano y al principio de curso, el tutor de los niños me explicó que el padre le había dicho que en casa la niña quería hacerle de maestra y que si en clase ocurría eso también.

Pasados ya 6 meses desde principio de curso, fui a hablar de nuevo con el tutor de los niños y me dijo que estaba muy contento. Incluso, el niño está más seguro de sí mismo y no tenía la inseguridad que le había comunicado la tutora del curso pasado y que había mejorado en la lectura.

Ya ves, Meritxell, otro ejemplo de que los gemelos pueden estar juntos en la misma clase. NO ES NINGÚN DELITO!!!

Espero que te haya gustado y muchas gracias por tu labor.

Un beso,

Joana María.

Leyendo este testimonio pienso que muchas veces dejamos de escuchar nuestro corazón, el de nuestros hijos, a quién ni siquiera les preguntamos y cedemos nuestro poder a los profesionales, como el padre de estos niños con la logopeda.

Ojalá se comparta mucho esta historia y así desmontemos muchas creencias.

Un gran abrazo familias,

Meritxell Palou.
Educar desde el corazón.

3 comentarios:

  1. Ojalá existieran más profesores/as que observen a sus alumnos/as desde el corazón y no desde lo que se lleva haciendo tiempo atrás.
    Cómo podemos hacer llegar estas historias a los centros educativos??? Por favor, aliviemos este sufrimiento innecesario!!
    Y GRACIAS por compartir!!!

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  2. Hola Mavi! Que ilusión verte por aqui. A los centros educativos podemos hacerle llegar estas historias, a través de tu experiencia que también la tienes y con final positivo, hablando con profesores, compartiendo articulos. Algún dia llegaremos a que nos escuchen desde las esferas más altas.Entiendo perfectamente tu afán porque nos escuchen, principalmente, a los niños. Besitos!

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  3. Gracias, una historia preciosa que debería llegar a los centros educativos. Lleva razón

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Habla desde el corazón